Cinturones de seguridad inerciales:
El objetivo de los
cinturones de seguridad (inerciales) es minimizar las heridas en una colisión,
impidiendo que el pasajero se golpee con los elementos duros del interior o
contra las personas en la fila de asientos anterior, y que sea arrojado fuera
del vehículo.
Actualmente los
cinturones de seguridad poseen tensores que aseguran el cuerpo en el momento
del impacto mediante un resorte o un disparo (tensor pirotécnico). El cinturón
se debe colocar los más pegado posible al cuerpo, plano y sin nudos o dobleces.
Los pilotos de competición llevan los arneses bastante apretados, pero no se
considera necesario en un coche de calle.
Cinturón Carrete
inercial expuesto. El carrete inercial permite el desenrollado lento, pero se
bloquea en caso de un tirón brusco, como el que sucede en caso de colisión.

Cinturones pirotécnicos:
Los cinturones de
seguridad pirotécnico de los coches modernos tienen estos sistemas, pero antes
de detallar su funcionamiento, vamos a retraernos un poco en la historia. Al
principio, los cinturones eran de dos puntos y sujetaban la cadera, pero eran
ineficaces para sujetar el resto del cuerpo. Posteriormente llegaron los
cinturones de tres puntos, que sujetan cadera y torso. Por eso se inventó el
pretensor, que en sus versiones iniciales funcionaba de forma mecánica o
eléctrica. El sistema más moderno es el pretensor pirotécnico, cuya misión consiste
en tensar el cinturón inmediatamente después de detectarse una colisión cuando
la centralita electrónica lo considera oportuno, y trabaja en conjunto con los
airbags. El sistema pirotécnico provoca una pequeña explosión (de forma
controlada) que tira del cinturón para ceñirlo al cuerpo. Bien por no llevarlo
ajustado correctamente, por haberse movido o por holguras existentes por la
ropa, el pretensor maximiza la efectividad del cinturón pegándolo al
cuerpo.
